Un fanático de verdad

En el corazón de Buenos Aires, entre las estrechas calles empedradas y los murmullos de los comensales, se encontraba “La Albiceleste”, un pequeño restaurante regentado por Don Emilio, un argentino apasionado por el fútbol y la buena comida.

Don Emilio había sido futbolista en su juventud, pero una lesión lo apartó de los campos verdes. Sin embargo, su amor por el deporte nunca menguó. Cuando Argentina ganó la Copa del Mundo FIFA 2022, algo cambió en él. El orgullo nacional se apoderó de su alma y decidió que su restaurante sería un homenaje constante a ese logro.

Las paredes de “La Albiceleste” estaban adornadas con camisetas autografiadas por leyendas del fútbol argentino. Los platos llevaban nombres de jugadas famosas: “Gol de Maradona” (una milanesa a la napolitana), “Pase de Messi” (una empanada rellena de carne y cebolla), y “Penal de Kempes” (un asado a la parrilla).

Los clientes llegaban de todas partes del mundo para probar las delicias de Don Emilio y escuchar sus historias apasionadas sobre aquel gol de Di María en la final. “¡Fue como un tango en el área!”, exclamaba, mientras servía un plato de “Bife de Chorizo”.

Una noche, un turista inglés llamado James entró al restaurante. Su conocimiento sobre fútbol era limitado, pero quedó fascinado por la pasión de Don Emilio. “¿Por qué este lugar es tan especial?”, preguntó.

Don Emilio sonrió y le contó la historia detrás de cada plato. James escuchó atentamente, y al final de la cena, levantó su copa de vino. “Brindo por Argentina y por este restaurante”, dijo.

Desde entonces, “La Albiceleste” se convirtió en un punto de encuentro para los amantes del fútbol y la buena comida. Don Emilio seguía hablando de aquel gol de Di María como si hubiera ocurrido ayer. Los clientes aplaudían y coreaban su nombre.

Y así, en aquel pequeño restaurante, el tango del gol se mezclaba con los aromas de la cocina argentina. Don Emilio sabía que su pasión trascendía las fronteras y que, aunque el fútbol fuera efímero, el sabor de sus platos perduraría en el paladar de quienes lo visitaban.

Fotos tomadas con mi smartphone Samsung Galaxy S22 Ultra.