Sarcopenia, El enemigo silencioso / Sarcopenia, The silent enemy

Nuevo año, nuevos propósitos. Y en esta ocasión he tomado la decisión de apuntarme a un gimnasio. Se trata de un propósito clásico, típico y tópico; que mejor que comenzar el año haciendo deporte.

Después de 20 años en los que no pisaba un gimnasio, y tras una frustrada temporada en la que quise convertirme en un corredor de carreras populares y en la que mi único logro fue un aplastamiento de mis vertebras lumbares y una tendinitis crónica de mi glúteo medio, he decido tomar acción y comenzar con el entrenamiento de fuerza para combatir la temible sarcopenia.

La sarcopenia es la pérdida progresiva de masa muscular y de fuerza, un proceso natural que ocurre en todas las personas y que comienza a partir de los 30 años y se acelera después de los 50, impactando negativamente en la movilidad y la calidad de vida de todas las personas sin excepción.

La sarcopenia no solo reduce la masa muscular, sino que también aumenta los problemas cardiovasculares, el riesgo de caídas, fracturas y enfermedades crónicas como la diabetes y la osteoporosis.

Lo único positivo de este proceso es que el deterioro se puede evitar e incluso revertir, y para ello el entrenamiento de fuerza es la clave.

La ciencia ha demostrado tajantemente que el entrenamiento de fuerza, como levantar pesas o realizar ejercicios con resistencia, estimula el crecimiento y el mantenimiento de los músculos en personas de todas las edades.

Y lo mejor de todo es que no es necesario pasar horas y horas en el gimnasio: con dos o tres sesiones semanales de 60 minutos, enfocadas en ejercicios muy concretos, es posible lograr grandes avances.

Envejecer es un proceso natural inevitable, pero perder músculo no tiene por qué serlo. El entrenamiento de fuerza te ayuda a tener una mejor calidad de vida durante la vejez y disfrutar de una existencia llena de energía y vitalidad.

Todas las imágenes de este artículo están bajo licencia CC0 Creative Commons y han sido obtenidas de Pixabay

New year, new resolutions. And this time I have decided to join a gym. It is a classic, typical and cliché resolution; what better way to start the year than doing sports.

After 20 years in which I had not set foot in a gym, and after a frustrating season in which I wanted to become a runner in popular races and in which my only achievement was a crushing of my lumbar vertebrae and a chronic tendinitis of my gluteus medius, I have decided to take action and start with strength training to combat the dreaded sarcopenia.

Sarcopenia is the progressive loss of muscle mass and strength, a natural process that occurs in all people and that begins at age 30 and accelerates after age 50, negatively impacting the mobility and quality of life of all people without exception.

Sarcopenia not only reduces muscle mass, but also increases cardiovascular problems, the risk of falls, fractures and chronic diseases such as diabetes and osteoporosis.

The only positive thing about this process is that the deterioration can be prevented and even reversed, and strength training is the key to this.

Science has proven conclusively that strength training, such as weight lifting or resistance exercise, stimulates muscle growth and maintenance in people of all.

And best of all, you don't need to spend hours and hours in the gym: with two or three 60-minute sessions a week, focused on very specific exercises, it is possible to make great strides.

Aging is an inevitable natural process, but losing muscle doesn't have to be. Strength training helps you to have a better quality of life in old age and enjoy an existence full of energy and vitality.

All images in this article are under CC0 Creative Commons license and have been obtained from Pixabay

Translated with DeepL.com (free version)
This report was published via Actifit app (Android | iOS). Check out the original version here on actifit.io

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