Elden Ring: Shadow of the Erdtree - A Very Annoying Boss and a Beautiful New Weapon [ENG/ESP]

El ultimo día descubrí varias mazmorras, conocí a varios jefe y uno de ellos incluso se me bugeo. Hoy tengo en mente una zona concreta que investigar, la descubrí hace unos días pero la dejé apartada para después. Esta zona es preciosa, nada más llegar veras un jardín gigante lleno de flores azules y resplandecientes. Si te detienes un momento y miras al horizonte, perfectamente podría ser un cuadro.

Mientras avanzaba un poco y miraba a los alrededores, un dragón putrefacto cayó del cielo y comenzó un combate. Este era igual al que me encontré el primer día de juego, con la diferencia de que este invocaba esbirros esqueléticos que podían ser bastante molestos.

Al derrotarlo seguí avanzando por la zona, hasta que llegué a una bifurcación. Elegí explorar el camino de la derecha, que llevaba hasta una especie de colina y, en la cima de esta, había un gran agujero por el que podíamos bajar saltando entre los escombros.

En el fondo de este agujero estaba la entrada a una nueva zona subterránea. Había muchas ruinas apiladas e incrustadas en las paredes. Para avanzar había que ir saltando entre ellas, usándolas como puentes.

En esta zona subterránea había varios tipos de enemigos, no representaban una amenaza real ya que era bastante fácil derrotarlos, pero si aparecían en grandes cantidades de vez en cuando. El avance en esta zona siempre era hacia abajo, cada vez más profundo.

Eventualmente llegué a la “ultima gracia” de la zona, pero había algo de distinto aquí. A diferencia de prácticamente todas las gracias que he visto en el juego, aquí había un grupo bastante grande de animales frente a ella, no se movían, todos estaban quietos observándola.

Más delante de la gracia había una caída al vacío, con un espíritu que decía: Bríndame coraje para volar hasta tus pies, mi querida Santa Trina. Como no es la primera vez que el juego me pide hacer un salto de fe, salté al vacío. Como era de esperarse, no morí, llegué a una zona nueva, en la que nada más reaccionar un jefe vino corriendo.

Este jefe es una especie de jinete esqueleto, estará montando en su caballo y personalmente me pareció bastante duro y sobre todo MUY molesto. Sus ataques son rápidos y no conforme con eso, de vez en cuando saltará de su caballo y nos atacaron los dos al mismo tiempo.

Aprender a esquivar algunos de sus ataques fue todo un reto. Algunos eran tan rápidos que llegué a pensar que simplemente debía recibir un golpe obligatoriamente.

Después de varias muertes, por fin lo derroté y como recompensa me dio su recuerdo, el cual me permite canjearlo para obtener un hechizo o su arma. Como no uso magias, elegí el arma y fue amor a primera vista. Me parece una preciosidad y se adapta casi perfecto a mis estadísticas, ya que escala con fuerza y arcano. En mi caso tengo la fuerza, pero me faltaba el arcano, así que decidí modificar ligeramente mis estadísticas y subir puntos en arcano para usar esta arma a partir de ahora.

Con el jefe derrotado podía seguir avanzando. Había una sala detrás en la que, nada más entrar, se nos indicará que estamos en una zona segura y no podemos atacar. En medio de la sala hay un NPC morado que parece no tener forma. Al hablar nos ofrecerá beber un néctar, yo acepté y morí instantáneamente.

Luego regresé a la sala y me volvía a ofrecer el néctar, acepté nuevamente y volví a morir. Esto me daba toda la vibra de ser esa típica quest en estos juegos en la que tienes que seguir una serie de pasos específicos para que algo pase, entonces aprovechando que ya había llegado hasta aquí, me animé a leer por encima una guía para saber que debía hacer. Tenia que beber el néctar y morir 4 veces, en esa ultima muerte este NPC, que es Santa Trina, nos hablará mientras estamos muertos. Luego hay un par de pasos más que no detallaré porque tampoco quiero extenderme demasiado, pero básicamente Santa Trina nos pedirá que matemos a Miquella y detengamos sus planes.

A nivel de lore sé que Santa Trina es muy importante, pero tampoco soy muy conocedor de toda la historia de Elden Ring, por lo que no pude sacar una conclusión más profunda de este encuentro. Igualmente me gustó mucho haberla encontrado y esa frase que nos dice al morir, me animan a leer y conocer más sobre la historia del juego, que es bastante ambigua. Pero bueno, con el jefe derrotado y habiendo completado o por lo menos iniciado la quest de Santa Trina, esta zona ya estaba lista y podía irme. Este era uno de los dos caminos que había en la zona de flores azules. El próximo día lo dedicaré a explorar el segundo camino, a ver con que me encuentro.