Cómo aprendí a jugar ajedrez y mi primer torneo | How I learned to play chess and my first tournament

El tablero también tiene 26 diagonales: 13 blancas y 13 negras.

Las piezas son: 8 Peones, 2 Torres, 2 Caballos, 2 Alfiles, 1 Dama y 1 Rey.
El valor de las piezas es el siguiente: Dama 9 puntos, Torre 5 puntos, Caballo 3 puntos, Alfil 3 puntos, (quiero aclarar que depende del tipo de juego que se este desarrollando los alfiles y caballos pueden variar su valor, si son posiciones abiertas donde los alfiles tienen más espacio su valor aumenta, por el contrario si son posiciones cerradas son los caballos quienes aumentan su valor) peón 1 punto y el Rey tiene un valor incalculable, y con incalculable quiero decir que el rey no se puede capturar, es decir, una vez que alguno de los bandos lograr dar jaque mate al rey se gana la partida. Dar jaque mate significa que el rey que lo recibe no tiene ninguna opción o alternativa de escape y por lo tanto pierde la partida.
Cuando el profesor Ricardo me iba explicando esto pensaba:
-Ay Dios tengo que anotar esto para que no se me olvide.
En ese momento no sabía que el ajedrez ayuda el desarrollo de la memoria y la capacidad de aprendizaje, se aprende una cantidad de cosas y más a la edad de 8 años en la que se supone que absorbes las cosas nuevas mas rápido. En ese momento solo veía el ajedrez como otra actividad extracurricular más, nunca imagine que este mundo me iba a envolver y seducir de tal manera que ya son más de 15 años juntos y los que nos falta.
Bien, el profesor Ricardo se dió cuenta de mi interés en el ajedrez y me dió información del club de ajedrez peón astuto, el cual era dirigido por el fallecido profesor Argenis Itanare. Conocí al profesor Argenis, exactamente a los 9 años de edad, y a esa edad entre en su club. Como su labor de entrenador era enseñar me hizo una prueba para ver que tanto estaba yo familiarizada con el movimiento de las piezas, y amigos les cuentos que: ¡pasé la prueba!
Empezó preguntándome como se llaman las piezas, su valor y si sabía ordenar el tablero y qué tan rápido lo podía ordenar, el profesor Argenis nos tomaba el tiempo para ver quién era más rápido ordenando el tablero y que divertido era esa actividad, eso estimulaba nuestra visión y rapidez.
Una vez que pase esas pruebas, el profesor me preguntó:
-¿En cuántas fases se divide una partida de ajedrez?
Confieso que me asusté un poco porque no sabía que decir, me puse un poco nerviosa y el se percató de ello a lo que el se río y me sonrió y me dijo:
-Seras un peón astuto ya verás.
Me explico que el ajedrez se divide en 3 fases:
Apertura, es el inicio de la partida y donde se busca el desarrollo de las piezas y dominio de las casillas centrales.

Medio juego, es cuando ya las piezas se han desarrollado por ambos bandos y donde se trazan planes estratégicos y búsqueda de ventaja ya se en material, en posición, etc.

Final, como su nombre lo indica es el final de la partida.

El profesor Argenis me explicó esto de la manera más fácil posible para que yo comprendiera mejor, así mismo me enseñó que hay aperturas, defensas y seladas o pequeñas seladas para derrotar al enemigo, para ser más exacta me enseñó el mundo que es el ajedrez. Siempre recuerdo una frase muy particular que el decía: -Al enemigo ni agua jeje.

Torneo de Ajedrez en El Tigre

Al principio no comprendía muy bien su frase, pero el nos decía que dentro del tablero las fraternidades no deben existir porque eso puede provocar malos entendidos, y cuanta razón tenía.
A medida que pasaba el tiempo asistía al club con mucha constancia, empezaron los lazos de amistad y la diversión, hasta que un día el profesor Argenis anuncia que habrá un torneo en la ciudad de El Tigre y que ya teníamos el trasporte para trasladarnos hasta allí. En esa época la alcaldía de Cantaura apoyaba muchísimo el deporte y nos daban todas las facilidades y el apoyo necesario.
El profesor Argenis se me acercó y me dijo: -Rosmarly este será tu primer torneo, me gustaría que asistieras, comentale a tu represente para qué te acompañe, la inscripción es gratis. Recuerda el sábado en la plaza Bolívar a las 7am se puntual.
Mis padres no pudieron acompañarme pero en el club habían representantes que conocían a mis padres, así que fui bajo la supervisión de los amigos de mis padres. De Cantaura hasta El Tigre son de 45 minutos a 1 hora de viaje, llegamos a la biblioteca municipal de El Tigre 1 hora antes de empezar el torneo tiempo suficiente para confirmar nuestra asistencia; para mí era todo un mundo habían muchísimas personas, muchos tableros de ajedrez y lo que más me llamo la atención era los hermosos trofeos que habían en la mesa de premiación. En este punto amigos, les confieso con toda sinceridad que yo quería uno de esos trofeos eran tan bonitos que me dejé encantar por su brillo, pero lamentablemente no gané, de hecho solo hice 2 puntos de 7 posibles.

Me sentía muy triste y con el ánimo por el piso, mis compañeros por el contrario la mayoría ganaron y eso me ponía más triste.
Una representante se dió cuenta de mi estado de ánimo y me dijo: -Para ser tu primer torneo lo has hecho muy bien ¡felicidades hiciste 2 puntos!
Sin embargo, yo seguía triste, el profesor Argenis también me felicitó y me comentó que al principio era así que apenas estaba comenzando que se pierden muchas partidas y que no dejara de asistir al club que fuera perseverante y mantuviera mi constancia.

Y si, en todo deporte y en todo propósito que tengamos en esta vida en cualquier ámbito que sea debemos ser constantes y perseverantes, tener disciplina y dedicación, el talento es importante si, pero el trabajo duro y esforzarse también lo son.
Como ya mencioné, tengo 15 años en el ajedrez y el comienzo no fue fácil muchas veces quería dejar esa constancia y disfrutar de mi infancia y adolescencia pero no, trabajé, me esforcé, luché y he logrado muchos objetivos y metas (aún me faltan objetivos por lograr) y quiero decirles con mucho orgullo que ha válido la pena, soy feliz en el mundo de las 64 casillas.