[ESP] 30 años de amor nacido en un campo de béisbol menor.

Hace 30 años nació nuestro amor.

Así comenzó todo:

• Marcos, vamos para Caracas para que me veas jugar Kikimbol.
• ¿Para Caracas... hoy, sábado? No hermana yo no voy. Me negué pero mi hermana Zoraida Milano insistió:
• Si vale, vente con nosotros para Caracas, acompáñanos.
• No hermana, yo no voy a ir para allá.
• Anda vale, vamos, no seas así conmigo. Inmediatamente intervino mi cuñado Reinaldo Risquez:
• Anímate cuñado, vamos todos a ver el juego. Ante tanta insistencia, cedí:
• Bueno está bien vamos.

Sin muchas ganas me monté en el carro de mi hermana, lo manejaba mi cuñado, llegamos al Estadio de Béisbol Menor, antiguo INOS, ubicado en la Urbanización Maripérez de Caracas, hoy conocido como Liga de Béisbol Menor del Centro Socialista el Buen Vivir Hidrocapital - Maripérez. Estando allí me senté solo en la tribuna, justo detrás del home, protegido por la cerca de alfajor, mientras me tomaba un refresco observé que venía hacia mi una linda morena, traía en su mano derecha una tabla tipo carpeta con unas hojas de anotación de béisbol, que es la misma hoja que se utiliza para anotar el juego de Kikimbol, y un bolígrafo; además, venía vestida con una bermuda de cotton lycra color negro, con una franja morada a cada lado de sus lindas y fuertes piernas, franela de algodón color blanco impecable, zapatos puma deportivos negros y un cabello hermoso, peinado al estilo de la época, limpio, brillante, sedoso que al pasar a mi lado dejó una fresca y agradable aroma del champú con el que se lo había lavado unos minutos antes, fragancia que se disipó rápidamente para darle paso al rico olor del perfume marca obsession en su versión mujer, el que yo traía puesto en su versión masculino, ¿Casualidad? no lo se, solo se que al mirarla me enamoré de ella.

      Eso fue exactamente el sábado 05 de octubre de 1991. Previo al juego inaugural, la empresa donde trabajaba mi hermana, ubicada en la zona industrial Cloris de Guarenas, Municipio Plaza del Estado Miranda - Venezuela, fundó un equipo de Kikimbol con jugadoras, en su mayoría novatas, y el entrenador las inscribió en un torneo en la categoría C que se jugaría en el Estadio de Beisbol Menor antes mencionado, allí conocí a la que hoy es mi esposa, amor a primera vista. Lo cierto fue que ella se sentó justo un peldaño antes donde yo me encontraba sentado en aquellas gradas del Estadio, su perfume me enamoró, su fragancia a limpio, impecable aroma a mujer y su hermoso color de piel, su cuerpo perfectamente tallado, cintura talla 26 y yo tan insípido y feo me atreví a preguntarle: ¿Disculpa, qué estás haciendo en esa hoja?... ella se volteó, me miró y me contestó: - Estoy anotando el juego. Yo no entendía ningún símbolo pero ella me fue explicando... me quedé sin entender y nunca aprendí a anotar porque jamás he estado pendiente de ese oficio sino de ella. Mientras ella hablaba yo solo la miraba, disfrutaba de su fragancia, observaba su tersa piel canela, brillante, tan llena de vida como invitándome a acariciarla, pero eso no ocurrió sino dos días después de aquél encuentro. Después de brindarle una cerveza, yo me tomaba otro refresco, continuamos conversando, ella y yo, solos en aquellas gradas vacías y el campo lleno de jugadoras de kikimbol, donde por cierto, estaba jugando mi hermana pero yo no recuerdo haber visto aquel juego, solo miré al campo cuando la anotadora me preguntó: - ¿cuál de las jugadoras es tu hermana? - aquella, la que en ese preciso momento cometió un error, el cual presumo que la anotadora dejó pasar por estar conversando conmigo.

NOTA: Además de Jugadora clase A de Kikimbol en la Liga INOS, en el equipo Centro Andrés Bello (CAB) y de anotadora ella era TSU en Administración de Aduana egresada de la Universidad Simón Bolívar, Núcleo Litoral y yo, aunque usted no lo crea, estaba en mi año sabático con la intención de regresar al Seminario Católico donde cursaba estudios como seminarista. Yo iba a ser Sacerdote pero Dios quiso que fuera padre de familia. "Así son las cosas," tal como decía el finado Óscar Yánez

      Terminado el juego llegó la hora de despedirnos, no sin antes citarnos para volvernos a ver el día lunes 7 de octubre de 1991, a las 2:00 de la tarde, en Sabana Grande. Puntualmente los dos estuvimos en aquel lugar, entramos al Arturo's donde pasamos toda la tarde, almorzamos, merendamos y cenamos y jamás nos separamos... ¡El Honor y la Gloria a Dios! porque Él decidió que ella y yo estuviéramos juntos hasta que la muerte nos separe y que nos volvamos a encontrar en la eternidad. Ella, mi amadísima esposa y yo, cada día nos amamos mas, formamos un hogar maravilloso, consagrado a la Providencia Divina, fundamos una familia, recibimos de Dios tres hermosos hijos varones y ya tenemos dos nietos bellos, Melanie y Matteo. Somos muy felices y hoy estamos celebrando 30 años desde que nos unimos la primera vez y fusionarnos en amor eterno hasta mas allá del infinito. Gracias hermana y cuñado por invitarme con insistencia a aquél juego.

_{Selfie Mi amada esposa y yo, en la actualidad, 30 años después.
Fotografía propiedad del autor @marcosmilano71 Guarenas,
Municipio Plaza, Estado Miranda, República Bolivariana de Venezuela
Miércoles 06 de octubre de 2021.}