My Actifit Report Card: March 28 2025

Hoy ha sido un día que reflejó de manera sencilla las rutinas y las sorpresas que suelen aparecer en la vida cotidiana. Comencé temprano, decidido a iniciar el día con energía. Preparé un desayuno completo que no solo fue delicioso, sino también el combustible necesario para mantenerme activo durante toda la mañana. La calma de las primeras horas me permitió organizar mis pensamientos y prepararme para lo que venía: otro día de trabajo.

Al salir de casa y dirigirme al transporte público, me enfrenté a una pequeña sorpresa. Me enteré de que los costos habían aumentado nuevamente. Admito que me sorprendió y, por un instante, me quedé reflexionando sobre cómo todo parece estar subiendo de precio últimamente. Es un recordatorio constante de los desafíos que enfrentamos, pero decidí no dejar que eso afectara mi ánimo. Con tranquilidad, tomé el transporte y llegué a mi trabajo sin mayor complicación.

El día laboral transcurrió de manera fluida. Resolví mis tareas, me concentré en cumplir con mis responsabilidades y aproveché cada momento para ser eficiente y organizado, como siempre trato de ser. Sin embargo, hubo un detalle que dificultó un poco la tarde: no había llevado almuerzo. Cuando las horas avanzaron, el hambre comenzó a hacerse notar, recordándome lo importante que es planificar mejor para evitar estos inconvenientes.

Finalmente, llegó la hora de salir, y ahí cambió todo. Al llegar a casa, me encontré con un almuerzo preparado por mi madre que, literalmente, fue una salvación. Cada bocado no solo me llenó físicamente, sino que también me permitió sentir esa calidez del hogar, ese amor que se refleja en los pequeños gestos. Después de recargar energías, aproveché para salir a trotar al atardecer, como me he comprometido a hacer cada viernes desde que comencé mi recuperación física. El aire fresco y el movimiento me hicieron sentir vivo, aunque debo admitir que ahora estoy absolutamente exhausto.

Ya en este momento, mientras escribo, solo pienso en descansar. Mi cuerpo necesita recuperarse, y mi mente pide una pausa para recargar fuerzas para el día de mañana. Ese fue mi día, lleno de simplicidad y pequeños momentos que se suman para recordarme la importancia de apreciar cada instante. ¿Cómo fue el tuyo?