My Actifit Report Card: March 24 2025

Ayer fue uno de esos días en los que me propuse ser productivo desde temprano, ¡y lo logré! Comencé el día levantándome más temprano de lo habitual. Tenía en mente hacer varias compras y, de paso, darle un buen repaso a la casa, porque ya hacía falta una limpieza. Quería que mi lunes no se quedara en el típico inicio lento de semana, así que decidí darle un toque de energía y propósito desde el principio.

La mañana transcurrió ordenando varias cosas. Me di cuenta de lo bien que se siente tener todo en su lugar, como si organizar el espacio alrededor también organizara un poco mi mente. Cuando llegaron las 12, antes de almorzar, sentí que era el momento perfecto para salir y completar algunas compras pendientes. Sabía que el sol de la tarde estaría en su máximo esplendor, pero no podía posponer más esos pendientes.

Al salir, me enfrenté al calor sofocante, un verdadero desafío. Pero, equipado con mi gorro y chaqueta, no dejé que el sol me detuviera. Caminé por las calles, cumpliendo cada punto de mi lista de compras. Aunque el calor me hacía sentir que me iba quedando sin aire, no me rendí. Cada compra marcada en la lista era un pequeño triunfo que me motivaba a seguir.

Finalmente, cuando todo estuvo listo, decidí tomarme un momento para descansar antes de regresar a casa. Un respiro que realmente necesitaba después de estar bajo el sol. Fue reconfortante sentarme y simplemente disfrutar de un momento de pausa en medio de lo que había sido una mañana ajetreada.

De vuelta en casa, pude finalmente almorzar y descansar. Sentí como si el tiempo se hubiera escapado entre mis manos. ¿No les ha pasado que, después de un día movido, parece que las horas vuelan? Esa fue la sensación que me quedó. Un día que comenzó con energía y planificación terminó convirtiéndose en uno de esos días que, aunque rápidos, te dejan satisfecho.

Así fue mi lunes, lleno de pequeños logros y momentos de pausa. No fue perfecto, pero me dejó con una sensación de haber hecho algo valioso con mi tiempo.