Me he propuesto en estas vacaciones pintar la casa; un trabajo que requiere de voluntad, tiempo y dinero. La voluntad la obtengo de mis fuerzas; el tiempo se lo robo a otras actividades; y el dinero, debo confesarlo, lo he estado obteniendo de hive; cosa que agradezco muchísimo porque ahora que veo el cambio en las paredes recién pintadas y la oficina con un toque profesional, me digo que ha valido la pena el esfuerzo dedicado a generar contenido para la plataforma.

     Pintar la casa me absorbe completamente; desde la mañana hasta entrada la noche he estado moviendo aparatos, subiendo y bajando de una escalera, buscando los que se necesita para el momento, resolviendo; eso me ha dejado extremadamente cansado que ni siquiera he tenido tiempo para hacer publicaciones en los últimos días, pero hay una cosa que yo no puedo dejar de hacer: ¡LEER!

     El último post que publiqué en esta comunidad, Hive Book Club, referí que estaba leyendo la novela Crimen y castigo, de Fiódor Dostoievski; pues aún no la he terminado, pero voy entusiasmado con el protagonista y su crimen que a veces quiere delatarse, mas su razón se impone momentáneamente y vence a su conciencia; realmente es un libro profundo, que amerita ser leído en horas tranquilas porque exige concentración ya que trata un conflicto psicológico.

     No sucede los mismo con Moby Dick, de Herman Melville, un libro corto, directo, sin retoricismos; ideal para leerlo en esos momentos en que tu cuerpo te pide recostarte, pero no para dormirse, sino para recargar energías y es lo que me sucede; termino con las labores de pintura y después de un baño me recuesto para seguir viajando por el mar, en busca de la ballena blanca.

     Es una estrategia de lectura que he aplicado en otras oportunidades porque el hábito no se puede descuidar; no podemos darnos el castigo de pasar un solo día sin leer. ¡Por Dios! la lectura debe ser parte del alimento diario del espíritu, como la buena música, la conversación con la familia, con los amigos; los lectores no podemos permitirnos ese descuido; abandonar los libros un día es como si el jardinero descuidara sus plantas o como si los niños no alimentaran a sus mascotas en 24 horas; la ventaja de los libros es que ni nos dan caca ni hay que regarlos; nos dan buenos frutos y a veces no necesitamos ni levantarnos de la cama.

     Moby Dick la leí hace 2 años; hasta entonces creía que no había leído un buen libro y Herman Melville me tomó por la solapa y me dijo «léeme»; es un libro sencillo y profundo; un viaje por el mar que le permite al lector estar en movimiento, se siente como si la tierra se moviera debajo de uno; el viaje con el capitán Achab se convierte en una aventura peligrosa; vida y muerte se vuelven lo mismo, dualidades de las que está echa esta obra; como hombre y bestia (Achab y Moby Dick); parecidos, locos, enfurecidos por sus sentimientos de venganza arrastran todo a su paso; el miedo les da el valor de no temerse, de buscarse para enfrentarse.

     Y ahí va uno como como un marinero más; un ser que sufre y ríe, que calla y grita, que por momentos espera que la ballena no aparezca, que solo sea una mentira, un mito; pero luego la dualidad de lector aparece y ya queremos que la bestia asome su frente, que aparezca y se enfrente al capitán; como lector queremos el enfrentamiento, nos mueve un masoquismo de placer, una mezcla de furia excita el cerebro y hasta que no terminamos de leer no paramos. Moby Dick tiene eso y más.

I CAN'T STOP READING

     I have decided to paint the house during these vacations; a job that requires will, time and money. The will I get from my strength; the time I steal from other activities; and the money, I must confess, I have been getting from hive; which I am very grateful for because now that I see the change in the newly painted walls, the office with a professional touch, I tell myself that it has been worth the effort dedicated to generate content for the platform.

     Painting the house completely absorbs me; from morning till late at night I've been moving appliances, climbing up and down a ladder, looking for what is needed for the moment, solving; that has left me so extremely tired that I haven't even had time to post in the last few days, but there is one thing I can't stop doing: READING!

     The last post I published in this community, Hive Book Club, I mentioned that I was reading the novel Crime and Punishment, by Fyodor Dostoyevsky; I haven't finished it yet, but I am very enthusiastic about the main character and his crime, who sometimes wants to give himself away, but his reason imposes itself momentarily and overcomes his conscience; it is really a deep book, which deserves to be read in quiet hours because it demands concentration since it deals with a psychological conflict.

     It is not the same with Moby Dick, by Herman Melville, a short, direct book, without rhetoric; ideal to read it in those moments when your body asks you to lie down, but not to fall asleep, but to recharge energies and that is what happens to me; I finish with the painting work and after a bath I lie down to continue traveling through the sea, in search of the white whale.

     It is a reading strategy that I have applied on other occasions because the habit cannot be neglected; we cannot give ourselves the punishment of going a single day without reading. By God! reading should be part of the daily nourishment of the spirit, like good music, conversation with family, with friends; we readers cannot afford that neglect; abandoning books one day is like a gardener neglecting his plants or children not feeding their pets in 24 hours; the advantage of books is that they neither give us poop nor do we have to water them; they give us good fruits and sometimes we don't even need to get out of bed.

     Moby Dick I read 2 years ago; until then I thought I had not read a good book and Herman Melville grabbed me by the flap and said "read me"; it is a simple and profound book; a sea voyage that allows the reader to be in motion, it feels as if the earth is moving beneath you; the voyage with Captain Achab becomes a dangerous adventure; life and death become the same, dualities of which this work is made; like man and beast (Achab and Moby Dick); equal, maddened, enraged by their feelings of revenge they drag everything in their path; fear gives them the courage not to fear each other, to look for each other to confront each other.

     And there you go as one more sailor; a being who suffers and laughs, who is silent and shouts, who at times hopes that the whale does not appear, that it is only a lie, a myth; but then the duality of the reader appears and we want the beast to show its face, to appear and confront the captain; as a reader we want the confrontation, we are moved by a masochism of pleasure, a mixture of fury excites the brain and until we finish reading we do not stop. Moby Dick has that and more.