Ídolos locales
En el día de ayer, por motivos meramente personales tuve que ir hasta una casa ubicada a pocos metros del límite entre la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires que en esa zona está demarcado por la Av. General Paz. Es un barrio que se ha vuelto muy peligroso por el accionar de delincuentes y por la escasa presencia policial, algo que ha crecido exponencialmente en los últimos años. Tomé los recaudos necesarios y no demoré mucho en volver a casa. Más allá de nuestros problemas internos que los hay y de todo tipo, aquí se habla de deportes y a eso voy.
Justo antes de cruzar por un puente elevado sobre la citada avenida, me detuvo el semáforo y mientras esperaba que me diera paso giré mi mirada hacia la izquierda donde pude ver y fotografiar el mural que acompaña esta nota, además de las figuras de Maradona y Messi levantando las copas del mundo, había en la ochava de la esquina un texto que mencionaba a Norberto Calandria y junto a su nombre la indicación de máximo ídolo y goleador de Nueva Chicago, un club de fútbol de gran arraigo barrial en la zona de Mataderos y que ha jugado principalmente en las divisiones promocionales del fútbol argentino llegando en pocas oportunidades a la primera división, con la escasa fortuna, además, de no poder mantenerse en en esa máxima categoría más que algunos pocos campeonatos.
Es la historia repetida de muchos clubes que con gran esfuerzo y dedicación arman equipos y juegan en las categorías menores y cuando pueden de alguna forma lograr el ascenso, no consiguen mantenerse. La enorme diferencia económica hace que deban tener plantillas de menor nivel técnico y eso se paga irremediablemente con el descenso. Pero lo bueno de eso es que siempre lo intentan y en ocasiones actúan de formadores de jugadores que luego son transferidos y llegan a los principales clubes del país, algunos más dotados han llegado al fútbol europeo o alguna otra liga con poderío económico. Por otra parte, muchos de esos clubes cumplen la función de contención social para una gran cantidad de jóvenes con escasos recursos, estudios y formación que lamentablemente son un material ideal para la delincuencia, la prostitución y la distribución de drogas.
Pero vamos a lo que vine a escribir, el objetivo principal de esta nota: Norberto Calandria.
Norberto Calandria. (2022, July 14). In Wikipedia.
Entre mis recuerdos de la infancia está el fútbol por supuesto y mi padre junto a mis tíos quienes hablaban entusiasmados en aquellos años donde los estadios se llenaban siempre y las trasmisiones por radio competían por el todavía poco conocido rating. Pese a que yo era muy chico recuerdo que los relatores de ese tiempo eran tan conocidos y famosos como los jugadores, no lo comprendía totalmente entonces pero fue una época maravillosa, los partidos se imaginaban y los jugadores se idolatraban solo por la destreza de quien relataba y nosotros escuchábamos atentos a un aparato del que ni siquiera comprendíamos como funcionaba.
Norberto "Pilo" Calandria jugó entre 1952 y 1962 vistiendo los colores verde y negro del club Nueva Chicago y en ese lapso de tiempo convirtió 116 goles que lo ubican como el máximo goleador histórico de la institución. No es una gran marca para la actualidad pero en aquellos años era toda una proeza, se jugaba solo una vez a la semana y los períodos de receso eran importantes, no había casi competencias internacionales y los amistosos también eran escasos, en ese contexto 116 goles era una cantidad considerable.
Norberto Calandria. (2022, July 14). In Wikipedia.
También hubo leyendas fabulosas construidas detrás de su figura, de su gran fortaleza física y de su juego, algunas historias incomprobables por cierto, lo ubicaron en lo más alto de la estima de los simpatizantes de su club pero también de hinchas de otros equipos que juraron haber sido testigos sin que ello fuera real, como ocurrió con el gol número mil de Pelé; si contáramos a todos los que aseguran haber presenciado el evento ese día, sobrepasaría la capacidad de cualquier estadio de fútbol existente o por existir.
Se decía que en 1954, un día de mucho viento, Pilo Calandria pateó un córner en el encuentro que se disputaba entre Nueva Chicago y Excursionistas, la pelota se elevó tan alto y tardó tanto en caer que el mismo cabeceó y convirtió el gol aunque el árbitro, siguiendo el reglamento, lo anulo correctamente al no haber otro jugador que interviniera en la acción. Otra de sus proezas ocurrió en un partido disputado ante Almagro un día de lluvia intensa, Calandria pateó un tiro libre con la enorme potencia que lo caracterizaba, la pelota rebotó en uno de los postes y volvió hasta el exacto lugar desde donde lo había ejecutado, de cabeza convirtió el gol que nuevamente fue anulado por la misma razón del anterior.
Como sea, esas y otras proezas lo convirtieron en una leyenda para Nueva Chicago y el el día de ayer pude observar en ese mural recientemente pintado, como su gente lo recuerda, más de 15 años después de su muerte y más de 60 años después de haber disputado su último encuentro.
No se necesitan leyendas ni historias fabulosas para comprender que el deporte, en este caso el fútbol, saca a relucir lo mejor del ser humano, basta con observar esa pintura callejera.
Yesterday, for purely personal reasons, I had to go to a house located a few meters from the border between the Federal Capital and the province of Buenos Aires, which in that area is demarcated by Av. General Paz. It is a neighborhood that has become very dangerous due to the actions of criminals and the low police presence, something that has grown exponentially in recent years. I took the necessary precautions and it didn't take long for me to return home. Beyond our internal problems that exist of all kinds, here we talk about sports and that's what I'm going for.
Just before crossing an elevated bridge over the avenue as mentioned earlier, I was stopped by the traffic light and while I was waiting for it to give way I turned my gaze to the left where I could see and photograph the mural that accompanies this note, as well as the figures of Maradona and Messi lifting the world cups, there was a text in the corner eighth that mentioned Norberto Calandria and next to his name the indication of the top idol and scorer of Nueva Chicago, a soccer club with deep roots in the neighborhood of Mataderos and who has played mainly in the promotional divisions of Argentine soccer, reaching the first division on a few occasions, with little luck, moreover, of not being able to stay in that highest category for more than a few championships.
It is the repeated story of many clubs that with great effort and dedication build teams and play in the minor categories and when they can somehow achieve promotion, they fail to stay. The enormous economic difference means that they must have squads of a lower technical level and that is inevitably paid for with relegation. But the good thing about that is that they always try and sometimes act as trainers of players who are later transferred and reach the main clubs in the country, some more gifted have reached European football or some other league with economic power. On the other hand, many of these clubs fulfill the role of social support for many young people with limited resources, studies, and training who unfortunately are the ideal material for crime, prostitution, and drug distribution.
But let's get to what I came to write, the main objective of this note: Norberto Calandria.
Among my childhood memories is soccer, of course, and my father together with my uncles who spoke enthusiastically in those years when the stadiums were always full and the radio broadcasts competed for the still little-known rating. Despite the fact that I was very young, I remember that the reporters of that time were as well-known and famous as the players, I did not fully understand it then but it was a wonderful time, the games were imagined and the players idolized each other just for the skill of the person who reported and we listened attentively to a device that we didn't even understand how it worked.
Norberto "Pilo" Calandria played between 1952 and 1962 wearing the green and black colors of the Nueva Chicago club and in that period of time, he scored 116 goals that place him as the institution's all-time top scorer. It is not a great brand for today but in those years it was quite a feat, it was played only once a week and the recess periods were significant, there were almost no international competitions and friendlies were also rare, in that context 116 goals it was a considerable amount.
There were also fabulous legends built behind his figure, his great physical strength, and his game, some unverifiable stories by the way, placed him in the highest esteem of his club's supporters but also of fans of other teams who swore having been witnesses without it being real, as happened with Pelé's thousandth goal; if we counted all those who claim to have witnessed the event that day, it would exceed the capacity of any existing or future football stadium.
It was said that in 1954, on a very windy day, Pilo Calandria kicked a corner in the match that was being played between Nueva Chicago and Excursionistas, the ball rose so high and took so long to fall that he himself headed and scored the goal even though the referee, following the regulations, annulled it correctly as there was no other player involved in the action. Another of his feats occurred in a match played against Almagro on a day of intense rain, Calandria kicked a free kick with the enormous power that characterized him, the ball bounced off one of the posts and returned to the exact place from where he had executed it previously. head converted the goal that was again annulled for the same reason as before.
Anyway, these and other feats made him a legend for New Chicago and yesterday I was able to see in that recently painted mural, as his people remember him, more than 15 years after his death and more than 60 years after having played their last match.
Legends or fabulous stories are not needed to understand that sport, in this case football, brings out the best in the human being, just look at that street painting.
Héctor Gugliermo
@hosgug