History of overcoming - Historia de superación
Sometimes stories are known that deserve to be told and this is one of them.
In my profile it says that I am a golf fanatic and it is true, I learned to play in my youth, although later due to various circumstances I distanced myself from practicing it for many years to only return to it again in my middle age, although it was too late for being the player I would have liked.
I see practically all the tournaments that are broadcast on the sports channels and of course, I don't miss the big four, I have several idols that I follow and I would like them to always win those important tournaments, but I rarely achieve it since it is a highly professional and competitive sport, I understand from having suffered it that it is very difficult where, in addition to technique and constant practice, you always need a share of luck and a mentality that is proof against the most difficult demands.
I remember that on one occasion I was playing a par 3 tournament, it was a game made up of three players per team and they competed for individual and team prizes, plus points were added to crown the champion at the end of the season who would take the huge crystal trophy until next year. That day I had been playing like never before and I had a wide advantage over my followers, with only 2 holes remaining I reached the fateful hole 17 where the flag was placed in a position that we all consider malicious, although we accepted to play that way.
The hole was not on a flat surface of the green but a steep slope and leaving the ball nearby was an extremely difficult option, any mistake would return it to the feet. That just happened to me 10 times and I ended up making 13 shots, of course, I lost the prize and my team did not have the chance to score good points for the general. Fear and impatience overcame me.
But this is just an example that does not come to the story I wanted to tell.
I learned a few days ago of an Argentine-born in the province of Tucumán, in a town called Yerba Buena, coincidence or not that several important golfers in our country are from that same place; This 29-year-old athlete named Augusto Nuñez has achieved one of the 25 cards that the combination of results between the PGA Tour Latin America and the Korn Ferry awards each year to join the world elite of the PGA Tour.
Argentine golf has a lot of sacrifice and also unexpected miracles, there are no great golf schools here and fewer sponsors who invest money in some possible talent, nor are there a good number of golfers who can afford to enter a university in the United States. and a scholarship to improve his game. Everything is handmade and based on talent. That is why the best players, including those who have managed to win major and other major tournaments in the northern hemisphere, have started humble, usually as qadis. De Vicenzo and Cabrera are the two most notorious examples, although there were and are others, such as Vicente Fernández, Eduardo Romero, José Cóceres, and the extremely talented Andrés Romero, whose personality and little attachment to practices and personal sacrifices have probably had a decisive influence on his career was not as brilliant as it was thought.
This new member of the world golf elite also has a career that began at a very young age carrying clubs for amateurs back in his native province. After many sacrifices, almost abandoning everything when the results did not turn out as he intended, the long-awaited prize arrived.
I am already preparing to see him next year, with the fervent hope that his overcoming story has the results it deserves.
En ocasiones se conocen historias que merecen ser contadas y esta es una de ellas.
En mi perfil dice que soy un fanático del golf y es absolutamente cierto, aprendí a jugar en mi juventud, aunque luego por diversas circunstancias me alejé de su práctica por muchísimos años para recién volver a retomarlo en mi edad media, aunque ya era tarde para ser el jugador que me hubiera gustado.
Veo prácticamente todos los torneos que trasmiten en los canales deportivos y por supuesto no me pierdo los cuatro grandes, tengo varios ídolos que sigo y quisiera que siempre ganen esos torneos importantes, pocas veces lo logro ya que es un deporte por demás profesionalizado y competitivo, comprendo por haberlo sufrido que es muy difícil donde además de la técnica y de la práctica constante siempre se necesita una cuota de suerte y una mentalidad a prueba de las más difíciles exigencias.
Recuerdo que en una oportunidad estaba jugando un torneo de par 3, era un juego integrado por tres jugadores por equipo y se competía por los premios individuales y por equipo, además se sumaban puntos para coronar al final de la temporada al campeón que se llevaría el enorme trofeo de cristal hasta el próximo año. Ese día yo venía jugando como nunca y le llevaba una amplia ventaja a mis seguidores, faltando solo 2 hoyos llegué al fatídico hoyo 17 donde la bandera estaba colocada en una posición que todos consideramos maliciosa, aunque aceptamos jugar de esa manera.
El hoyo estaba no sobre una superficie plana del green sino en una pendiente pronunciada y dejar cerca la pelota era una opción extremadamente difícil, cualquier error la devolvía a los pies. Eso justamente me ocurrió en 10 oportunidades y terminé haciendo 13 golpes, por supuesto perdí el premio y mi equipo no tuvo la posibilidad de sumar buenos puntos para la general. Me ganó el temor y la impaciencia.
Pero esto es solo un ejemplo que no viene a la historia que quería contar.
Me enteré hace pocos días de un argentino nacido en la provincia de Tucumán, en una localidad denominada Yerba Buena, casualidad o no que varios golfistas importantes de nuestro país sean de ese mismo lugar; este deportista de 29 años llamado Augusto Nuñez ha conseguido una de las 25 tarjetas que la combinación de resultados entre el PGA Tour Latinoamérica y el Korn Ferry otorga cada año para pasar a integrar la élite mundial del PGA Tour.
El golf argentino tiene mucho de sacrificio y también milagros inesperados, aquí no hay grandes escuelas de golf y mucho menos espónsores que inviertan dinero en algún posible talento, tampoco hay una buena cantidad de golfistas que puedan costearse el ingreso a alguna universidad en los Estados Unidos y una beca para mejorar su juego. Todo es artesanal y en base al talento. Es por eso que los mejores jugadores, inclusive aquellos que han logrado ganar torneos mayores y otros muy importantes en el hemisferio norte hayan comenzado de forma humilde, generalmente como cadíes. De Vicenzo y Cabrera son los dos ejemplos más notorios, aunque hubo y hay otros, como Vicente Fernández, Eduardo Romero, José Cóceres y el talentosísimo Andrés Romero cuya personalidad y poco apego a las prácticas y los sacrificios personales probablemente hayan influido decididamente en que su carrera no fuera todo lo brillante que se pensaba.
Este nuevo integrante de la élite del golf mundial también tiene una carrera comenzada desde muy pequeño llevando los palos de aficionados allá en su provincia natal. Luego de muchísimos sacrificios, de casi abandonar todo cuando los resultados no se daban como el pretendía, llegó el ansiado premio.
Ya me preparo para verlo el año próximo, con el ferviente deseo de que su historia de superación tenga los resultados que se merece.
Las fotografías son de mi propiedad excepto las que menciono la fuente.
The photographs are my property except those mentioned by the source.
Héctor Gugliermo
@hosgug