Hispaliterario 14 | El juego del Amor [ESP/ENG]
Los hinchas estaban a la expectativa y entre ellos, yo, que iba a en contra de la corriente al apoyar a Alemania y no a Argentina, la selección latinoamericana con la cual se disputaba la final de la Copa del mundo Brasil 2014. El cine de mi ciudad iba a transmitir el juego en directo, así que como era de esperarse, estaba repleto de personas vestidas con el uniforme de la selección argentina.
Aquel día de 2014, iba acompañado de una a prima a quien sus padres no dejaban salir de su casa sin la compañía de un adulto. Nuestro trato era sencillo, yo la iba a sacar de su casa, ella pagaba las entradas y yo la esperaba mientras ella se iba a una cita con su novio de turno. Es decir, prácticamente estaba sin compañía.
Yo no lo pensé mucho, quería ver el partido y me venía bien que me pagaran la entrada. Algo dentro de mí, me decía que Alemania ganaría, pero ese día sería otro hecho el que marcaría mis recuerdos. Sentada al otro extremo de los asientos a donde yo me encontraba, estaba una chica que al momento definí como la mujer que había soñado durante toda mi vida. Un sueño lucido aconteció cuando la vi.
Ella era pelirroja y de sus mejillas brotaban cientos de pecas tapadas con los colores de la bandera argentina, un celeste, que hacía juego con sus hermosos ojos azules. De inmediato me sentí avergonzado de llevar aquel uniforme alemán, pero algo dentro de mí no me dejaba apartar la mirada de aquella muchacha. Quizás los polos opuestos se atraigan, pensé.
Y luego, la magia. En un instante hicimos contacto visual y ya nuestros ojos no se despegarían jamás. Una sonrisa salió de aquellos labios rosados y me dispuse a soñar como un niño de 5 años. Pero, a su lado, iba sentado un hombre alto, muy guapo, y mis ínfulas de galán de pronto se escabulleron. El hombre en cuestión, estaba sentado con una niña entre sus brazos y justo al lado había otra mujer.
Eso me hizo dudar acerca de la idea de acercarme a la chica, pero un intenso grito me despertó de mi letargo: Mario Götze, había anotado el primer y único gol del partido, aquel que le daría posteriormente la victoria a la selección germana. Entonces me sumergí en un estado frenético gritando un gol que parecía ajeno a los presentes, la mitad de los aficionados quedaron inmutados.
Aquella muchacha sentada solo a unos cuantos pasos de mi asiento me miraba saltar como niño, mientras los narradores, repetían un gol que a nadie parecía caerle bien. Cuando por fin pude recobrar la compostura, recordé que estaba mal celebrar ante aquella chica pintada con los colores de la bandera argentina y me dispuse a buscar su mirada, está para mi sorpresa, me miraba fijamente sonriéndose.
El silbido final sonó y aquellos asientos expectantes, comenzaron a vaciarse y yo pensé que el final había llegado, mi camino no volvería a cruzarse con aquella mujer. Así que comencé a formarme en mi fila de salida con la idea de encontrar a mi prima para dejarla en su casa y regresar a la mía. Nos vimos unas cuantas veces más, lanzándonos miradas de improviso, entonces sucedió lo impensable. Ella me hizo señas con sus manos, era su teléfono, tenía que alcanzarla.
Fingiendo que salía, ella anotó su número en la pantalla de su teléfono y se lo puso en la espalda de manera que yo lo tomara. Lo guardé rápidamente y con un “hola”, comenzaría una conversación que terminaría desvelándonos a ambos. Aquel hombre que la acompañaba era su hermano con su esposa y la niña que tenían en sus brazos, era su sobrina. Su nombre era Ana y era 5 años mayor que yo. Ya había acabado de la universidad y yo apenas la comenzaba.
Aquella noche nació una pareja que, desde entonces hasta ahora, el juego del amor, ha mantenido unidos. Celebrando cada 4 años con el mundial, nuestro aniversario, porque nos conocimos gracias a una final de la Copa del Mundo. Gracias también a mi prima, ¿y quién lo iba a decir?, que aquel día el amor surgiría entre los asientos del cine y en un partido de futbol, a mí me sucedió. La fuerza del destino, me hizo coincidir con la pasión por el futbol y la de una mujer.
FIN
The fans were in anticipation and among them, me, who was going against the grain by supporting Germany and not Argentina, the Latin American team with which the final of the Brazil 2014 World Cup was being disputed. The movie theater in my city was going to broadcast the game live, so as expected, it was packed with people dressed in the uniform of the Argentine national team.
That day in 2014, I was accompanied by a cousin whose parents would not let her leave the house without the company of an adult. Our deal was simple, I would take her out of her house, she would pay for the tickets and I would wait for her while she went on a date with her boyfriend. In other words, she was practically unaccompanied.
I didn't think much about it, I wanted to see the game and it was good for me that they paid for the tickets. Something inside me told me that Germany would win, but that day it would be another event that would mark my memories. Sitting at the other end of the seats from where I was sitting was a girl that I immediately defined as the woman I had dreamed of all my life. A lucid dream happened when I saw her.
She had red hair and her cheeks sprouted hundreds of freckles covered with the colors of the Argentine flag, a light blue that matched her beautiful blue eyes. I immediately felt ashamed of wearing that German uniform, but something inside me would not let me look away from that girl. Maybe opposites attract, I thought.
And then there was the magic. In an instant, we made eye contact and our eyes would never leave each other's side. A smile came out of those pink lips and I was ready to dream like a 5-year-old. But next to her sat a tall, very handsome man, and my gallant pretensions suddenly slipped away. The man in question was sitting with a little girl in his arms and right next to him was another woman.
That made me hesitate about the idea of approaching the girl, but an intense scream woke me up from my lethargy: Mario Götze had scored the first and only goal of the match, the one that would later give the victory to the German national team. Then I was immersed in a frenzied state, screaming for a goal that seemed alien to those present, half of the fans remained unmoved.
That girl sitting only a few steps away from my seat watched me jumping like a child, while the narrators repeated a goal that no one seemed to like. When I could finally regain my composure, I remembered that it was wrong to celebrate in front of that girl painted with the colors of the Argentinean flag I started to look for her gaze, and to my surprise, she was staring at me smiling.
The final whistle sounded and those expectant seats began to empty I thought that the end had come, my path would not cross again with that woman. So I began to line up in my exit row with the idea of finding my cousin to drop her off at her house and return to mine. We saw each other a few more times, giving each other sidelong glances, then the unthinkable happened. She waved her hands at me, it was her phone, I had to reach her.
Pretending to go out, she wrote down her number on the screen of her phone and put it on her back so that I would take it. I quickly put it away and with a "hello", would started a conversation that would end up unraveling both of us. The man who accompanied her was her brother with his wife and the little girl they had in their arms was their niece. Her name was Ana and she was 5 years older than me. She had already finished college and I was just starting it.
That night a couple was born and from then until now, the game of love has kept us together. Celebrating every 4 years with the World Cup, our anniversary, because we met thanks to a World Cup final. Thanks also to my cousin, and who would have thought that on that day love would arise between the seats of the cinema and in a soccer match, it happened to me. The force of destiny made me coincide with the passion for soccer and that of a woman.
THE END
It's raining coffee in the field✨ | |
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Your Name: Strive for the impossible | |
Qatar 2022: El deporte como medio para protestar |
What a die hard fan who found a love during a memorable match. I will say it's a reward for passion for you.
That was memorable, but it's fiction. Thanks for commenting on this.
Yo no siento pasión por el fútbol pero si por ir a un partido me prometieran hechos como los vividos por los protagonistas de tu historia, sin duda asistiría.
Gracias amiga, @verdesmeralda. La pasión es el motor de la vida, sino es el fútbol es otra cosa.
Muy lindo tu relato, si te conseguiste así a tu pareja me parece fabuloso, felicidades.
Amiga todo es ficción, pero cada cosa que escribo está inspirado en mis propias experiencias. Así que puede ser que haya algo de realidad, pero con mucha licencia artística. Saludos, @doriscova8.
Hermosa historia de amor ambientada en ese final de la Copa del mundo. Un encuentro que nos dice que la conexión entre dos almas puede ocurrir en cualquier tiempo en cualquier lugar.
Saludos amigo
Gracias por tu apreciación, amigx @popurri.
Me gustó tu relato, y me hizo pensar en lo fortuito que puede ser el amor. Ciertamente a veces por azar pueden darse vinculo increíbles. Disfrute cada línea del relato.
El amor no solo es fortuito, es indescifrable y poco predecible. Cualquier lugar puede ser perfecto para tener química y comenzar una relación perdurable en el tiempo. Saludos, @filoriologo.
Es un relato muy vivaz. La historia es bonita, comienza en el fútbol pero termina en amor.
Felicitaciones.
Las historias de amor tienen esa particularidad; se pueden dar en cualquier momento, a cualquier hora y con dos rivales de un mundial de fútbol; no son pues, difíciles de encontrar, lo serio está en saberlas escribir y esta para mi gusto está bien escrita.
Linda historia. Cuando el personaje principal celebró el gol, pensé que la mujer lo miraría como si quisiera matarlo; por fortuna, no fue así. A veces, es grato leer finales felices. Buen trabajo.
El destino siempre encausa las pasiones y los amores, me encanto este, pues el toque al final convirtio un amor comun en algo destinado a ocurrir, que hermoso.
Gracias @jesustiano por tomar el tiempo de apreciar está historia.
Si puedes, sería un honor que leas mi historia :) y escucho cualquier consejo que puedas dar, especialmente la duda que plantee al final.