Una tarde de domingo con amigos y deportes

Este domingo junto a un amigo nos fuimos a jugar al básquet a una cancha que solemos recurrir, pero que por cuestiones personales y de trabajo ya no visitamos con tanta frecuencia, a medida que uno crece no es fácil mantener la constancia en el deporte más si necesitas obtener dinero para estar bien económicamente y ayudar a tu familia. Este artículo no se basa en hablar sobre ese tema sino en contar que tal fue ese domingo; por un lado, antes de ir a jugar al básquet estaba enseñando a un colega de programación como funciona porque quiero sumarlo y además participar de un evento, asi que salí un poco tarde de mi casa y tome las primeras zapatillas que pueda seguir usando; en mi caso unas “Vans panchas” bastante destrozadas.

Cuando llegue, mi amigo aún no había llegado, pero estaban algunos chicos jugando y pasamos el rato disfrutando, a decir verdad disfruto mucho porque no voy con ansias de demostrar algo que no puedo en mi condición física actual. El ambiente es muy bueno y es divertido ver como los más jóvenes compiten entre ellos, sin necesidad de insultar solo jugando; lo único que no me gustaba es que uno de ellos se disculpaba conmigo cada vez que se equivocaba, él es joven y tiene permitido equivocarse, pero no debe disculparse conmigo porque es parte de crecer y aprender.

Hasta que llego mi amigo jugamos unos partidos 2 vs 2, luego nos turnábamos para salir y armar nuevos equipos de 2 vs 2; cuando los más pequeños se cansaron y se retiraron, con mi amigo también nos fuimos a otra cancha, pero estaba muy lleno y no tengo más ganas de tener que jugar muy competitivo para ganar, ya perdí el interés en correr hasta la última pelota y prefiero jugar con inteligencia.

El día estuvo bastante lindo para el básquet, se pudo jugar bastante, aunque no continuamos más y luego de ahí nos fuimos al local de un conocido de la ciudad que vende latas de cerveza artesanal que mi amigo quería tomar algunas, para quedarnos ahí tomando dos latas; sé que no es lo recomendable pero cuando un vicio te gana no es fácil decir que no.