Ladies of Hive #145. Life stages / Etapas de la vida

Un saludo afectuoso a todas las amigas de Ladies of Hive, esta semana quisiera compartir con ustedes en el Ladies of Hive Community Contest #145, iniciativa que además de servir como catarsis nos ofrece la oportunidad de aprender unas de las otras e inspirarnos.

He cambiado un poco percepción del paso del tiempo, como dicen los filósofos, el tiempo es relativo. Me gusta más referirme a épocas de mi vida, que invariablemente van de la mano con aprendizajes que nos han marcado. Antes pensaba que ninguna vida fácil dejaba crecimiento, hoy día, pienso y siento que también nos podemos crecer y expandir desde la felicidad.

La adolescencia

En mi caso, mi adolescencia fue difícil, no podía ser de otra forma, porque perdí a mi madre a los 11 años. Aprendí desde pequeña lo que es la “autosuficiencia” la independencia como escudo. Con el tiempo aprendía que está bien necesitar, pedir ayuda, que sí, soy fuerte y puedo con mucho, pero está bien también no hacer nada un día, recibir apoyo, incluso pedirlo. Por lo tanto podría resumir mi adolescencia como una etapa literal de crecimiento y aprendizajes. Partiendo del hecho de que si las cosas hubieran sido diferentes, hoy no sería la persona que soy, pues no cambiaría nada, todo fue necesario.

Hoy tengo una niña adolescente, y me encanta revivir un poco con ella esa época desde una perspectiva más alegre, más juguetona, porque es una transición importante en nuestras vidas y así debería vivirse, desde la alegría, entendiendo que en la vida somos eternos aprendices y que siempre que se mire hacia atrás y veamos todo lo que hemos superado, servirá de abono para un presente bien vivido.

La adultez

Por lo antes comentado, siento un poco que pasé de la niñez a una adultez forzada y con obligaciones no cónsonas con la edad, sin embargo no tenía madurez de asimilarlo. Entonces podría decir que mi adultez, pasados los 20, fue esa toma de consciencia de que realmente no era una víctima, sino una persona afortunada. Que sin importar las condiciones, cuál flor de loto, allí estaba, mirando al frente y siempre con expectativas. Una persona que con el paso del tiempo se fue “tallando” a pulso y dando paso a otra más segura, más sonriente, despertando a un mundo nuevo y con el único foco de mejorarme a mí misma **disfrutando **del proceso.

Vino un matrimonio feliz, una hermosa hija, perritos, proyectos profesionales, y las vivencias que nos recuerdan que sí, aún y siempre tendremos cosas que aprender. En la actualidad puedo concluir que la clave para una adultez feliz es la paz. Esa que nadie más que nosotros nos podemos procurar.