Cordura partida // relato

Quienes caen en su trampa experimentan una fractura en su cordura, como si sus mentes se debatieran entre la realidad y la pesadilla. El sacrificio de sangre inocente forma parte del ritual para romper la maldición, pero a menudo, la verdad revelada únicamente conduce a una locura aún más profunda.

El umbral

La oscuridad me envuelve como un abrazo gélido. Mi mente, antes lúcida y ordenada, ahora se retuerce como una maraña de hilos rotos. La pregunta es, ¿cuánto tiempo he estado aquí? ¿Días? ¿Semanas? La noción del tiempo se ha desvanecido para mí, y solamente queda el eco de mis propios pensamientos.

Todo comenzó cuando encontré un antiguo manuscrito en la biblioteca de la mansión. Sus páginas amarillentas estaban llenas de símbolos arcanos y advertencias. «La cordura partida», rezaba el título. Fascinado por mi gran curiosidad, decidí traducirlo, ignorando todas las advertencias que hablaban de horrores inimaginables, una maldición que se cerniría sobre cualquiera que se atreviera a leerlo. Creo que únicamente me fijé en lo que decía la letra pequeña: y promete conocimientos prohibidos.

Porque ignoré el texto de advertencia y acabé leyéndolo con asombro. Cada una de las palabras de aquel antiguo papel se grabó en mi mente como un veneno insidioso. Aparecieron visiones de criaturas retorcidas y sombras danzantes que me han atormentado desde entonces en mis sueños, incluso en la vida real. En otras palabras, mi cordura se resquebrajó, la línea entre la realidad y la pesadilla se difuminó.

El espejo

Ahora no tengo claro lo que soy, pero en el espejo, mi reflejo me observa con ojos hambrientos. ¿Soy yo o una versión distorsionada de mí mismo? Cuando me miro, siento que cosas extrañas o enigmas me consumen lentamente y oigo todas esas voces que susurran desde las sombras, prometiéndome sus conocimientos prohibidos en agradecimiento por cruzar el umbral, sin importarme que al otro lado me esperaba la locura.

El sacrificio

El manuscrito hablaba de una posible salida, un sacrificio necesario que podría romper la maldición. Tenía que ser sangre inocente derramada sobre el altar de piedra. Alguien cercano de quien se atreviera a leer. ¿Qué elección tengo? ¿Salvar mi cordura o condenar a otro? ¿Mis padres o mi hijo?

La Revelación

Sí, el ritual se había completado. Vi la sangre caer por la piedra, y las sombras se retiraron. Pero ahora, llevo conmigo una gran culpa por haberlo asesinado a sangre fría. Sin embargo, veo claramente la verdad: no se fracturó mi cordura; solo es una mente torcida por la sed y hambre de conocimiento prohibido. El manuscrito era una trampa, y caí en ella.

El Eco

Ahora solo deambulo por cada uno de los pasillos de este hospital psiquiátrico, persigo las sombras que intentan atormentar a otros débiles y también escucho los ecos de mis propios gritos. La cordura se ha desvanecido por completo, dicen los de bata blanca, pero yo no estoy del todo seguro de ello, aunque me contradigo. A veces me pregunto quién soy, qué soy en realidad. Y pienso en la existencia del manuscrito, imagino sus páginas ahora en blanco, esperando a su próxima víctima.