La pasión por el deporte, se crea, porque es algo que hacemos con el corazón y llegamos hasta donde queremos.

Hola hive,

Hoy vengo a hablarles sobre una de las cosas que más me apasiona y que siempre tendrá un lugar en mi corazón: los deportes.

Mi historia con los deportes

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Mi historia con el deporte ha tenido altos y bajos y fue, a pesar de ser tan joven, una historia bastante larga, pero que decidí compartir con ustedes, así que busquen algo de tomar, un snack y disfruten de mi historia.

Toda mi vida fui gran fan del deporte, de todo tipo, disfrutaba mucho practicar todo tipo de deportes, tanto fue así que mis padres me metieron en varias disciplinas para complacerme. Empecé con el Básquet, tenía más o menos 6 años. La verdad es que para ese entonces tenía problemas de crecimiento y era muy pequeña. El equipo donde estaba era muy competitivo, solo quería ganar, y una niña que no lograba lanzar el balón cerca de la malla no era lo que buscaban.

Estuve en banca en todos los partidos durante casi un año. Hasta que mi mamá no aguantó más verme en banca en cada partido, ni verme llorar saliendo de los mismos. Ella me sacó y bueno no había muchos equipos que aceptaran niñas, practiqué un tiempo con mi papá, y gracias a eso empecé a crecer con normalidad. Pero luego de eso, murió el básquet.

Después mi mama intentó meterme en danza, estuve un mes. En mi primera presentación, me equivoqué horriblemente. No era algo que disfrutara, así que nunca volví a danza.

Luego, por recomendación de un amigo, entré en karate. La verdad es que esto si era algo que disfrutaba. Era muy divertido y me hacia superarme a mi misma todo el tiempo. Lo adoraba. Lamentablemente, por cuestiones de salud tuve que abandonar el karate.

Sin embargo, junto al dojo de karate estaba una de las grandes canchas de futbol más importantes de Cumaná, el Polideportivo. Ahí practicaba el mejor equipo juvenil de Cumaná, el Nueva Cádiz.

Mi hermana y yo siempre amamos el futbol. Jugábamos juntas todo el tiempo y veíamos partidos en la televisión. Teníamos algo de talento para el futbol, pero nunca habíamos oído sobre ningún equipo femenino.

Un día, por cosas del destino, íbamos saliendo de una de mis últimas prácticas de karate, y vimos un anuncio en la entrada del polideportivo que hablaba sobre un plan vacacional para jóvenes, y decidimos ir a preguntar.

Al llegar a casa ese día ya estábamos inscritas en el plan vacacional. Gracias a esa gran serendipia pude descubrir mi gran pasión por el futbol.

Empecé a jugar como delantera, durante todo el plan vacacional. Al terminar el plan vacacional mi hermana y yo entramos en el equipo y nos empezamos a entrenar como arqueras, obviamente estábamos en distintas categorías por nuestra edad, pero a ambas nos fue bien. Sin embargo, al cabo que un año (más o menos) mi hermana dejó el equipo.

Cabe aclarar que hasta este punto de la historia estaba practicando en mi categoría, pero con los varones, ya que para mi edad no había equipos femeninos. Un día el entrenador del equipo femenino de la categoría de mi hermana me vio jugar y decidió llevarme con ellas. Eso significaba que una chica de 10 años iba entrenar con chicas de 16. Como si no fuera suficiente, tenía que estar en el arco recibiendo sus balones, que para mi eran balas!

Al principio no me adapté muy bien. Era buena arqueando pero no encajaba con las chica y me fui un tiempo a entrenar atletismo con mi hermana. Gané resistencia y me mantenía haciendo actividad física. Un día mi entrenador de futbol fue hasta la cancha de atletismo (que también estaba en el polideportivo) a decirme que quería que volviera, porque se acercaba un torneo y me quería en el arco. Así que volví.

Con el tiempo me fui adaptando muy bien al equipo, eran mi segunda familia y nos fue relativamente bien en el torneo. Lamentablemente, un tiempo después, mi familia y yo nos tuvimos que mudar a Puerto Ordaz, donde vivo actualmente.

Estuve sin practicar ningún deporte durante casi 5 meses, excepto por la actividad en educación física. Un día, durante la hora de educación física (yo estaba en 6to grado), llegó un profesor de secundaria. Nadie sabía por qué él estaba ahí pero bueno, empezamos a jugar un partidito de básquet. Yo era la única niña jugando. Al resto de las chicas no le interesaba mucho el deporte. El punto es que al terminar la hora estábamos recogiendo para volver al salón y el profesor de secundaria me llamó. Me dijo que entrenaba al equipo escolar de Volleyball (deporte que nunca llamo mi atención y por el cual no tenía interés). Me dijo que yo tenía destreza física, y quería verme practicar con el equipo.

La verdad me sentí alagada por la invitación y decidí ir a ver qué tal era. Yo pensaba que el volleyball era un deporte súper sencillo y no ameritaba mucho esfuerzo. Después de esa práctica, esa idea salió corriendo.

El volleyball es un deporte espectacular que amerita mucha destreza física y mental y era algo que no había logrado apreciar hasta ese día. Poco a poco me fui involucrando más en el volleyball, pero llegó la pandemia.

Se suspendió todo durante 5 meses. Lamentablemente el equipo escolar se disolvió y el profesor se retiró del colegio. Tiempo después me llamó para informarme que estaba entrenando otro equipo, y quería que formara parte. Sin dudarlo, fui. Me llevé muy bien con las chicas del equipo. Se sentía como una familia. Me apasioné por este deporte y no me perdía ningún partido ni ninguna práctica, hasta que iniciaron las clases presenciales.

Al iniciar las clases presenciales ya estaba en 2do año y no tenía tiempo ni de respirar, habían clases hasta la 3:30 y yo tenía tutorías de inglés y matemáticas después de clases.

Al principio trate de sobrellevarlo los días que salía más temprano iba a entrenar, pero con el tiempo mi agenda se hizo aun más pequeña, y tuve que dejar el volleyball.

Actualmente me encantaría volver a entrenar, pero me limita mi situación económica, no puedo costear la mensualidad, así que estoy en espera, con esperanza de poder volver en algún momento mientras estoy de vacaciones y tenga tiempo.

Debo aclarar que actualmente siento una gran pasión por cada una de las disciplinas que he practicado hasta ahora. Las llevo a todas en mi corazón. Me trajeron hasta donde estoy ahora y siempre voy a llevar en mi corazón a todos los equipo y entrenadores que tuvieron fe en mí y me hicieron creer en mí misma. Siempre voy a estar en deuda con ellos.

Para concluir quiero decirles a todos los que llegaron hasta aquí, Gracias, por sentarse a leer mi historia. Espero la hayan disfrutado y bueno, nos vemos en mi próximo post.

My history with sports

The passion for sport is created, because it is something we do with our hearts and we get where we want.

Hi, Hive

Today I’ll talk about one of the things that I am most passionate about and that will always have a place in my heart: sports.

My history with the sport has had ups and downs and it was, despite being so young, quite a long story, but one that I decided to share with you. So, find something to drink, a snack, and enjoy my story.

All my life I was a big fan of all kinds of sports. I really enjoyed practicing all kinds of sports, so much so that my parents got me into various disciplines to please me. I started with basketball. I was about 6 years old. The truth is that by then I had growth problems and was very short. The team I was on was very competitive. They just wanted to win, and a girl who couldn't shoot the ball near the net wasn't what they were looking for.

I was benched every game for almost a year. Until my mom couldn't take it anymore, seeing me on the bench in every game, or seeing me cry coming out of them. She took me out and well there weren't many teams that accepted girls, I practiced for a while with my dad, and thanks to that I started to grow normally. But after that, basketball died.

Then my mom tried to get me into dance. It lasted about a month. On my first presentation, I messed up horribly. It wasn't something I enjoyed, so I never went back to dance.

Then, on the recommendation of a friend, I got into karate. The truth is that this was something that I enjoyed. It was so much fun and made me outdo myself all the time. I loved it. Unfortunately, for health reasons I had to give up karate.
However, next to the karate dojo was one of the most important soccer fields in Cumaná, the Polideportivo. The best youth team in Cumaná, Nueva Cádiz, practiced there.

My sister and I have always loved soccer. We played together all the time and watched games on TV. We had some talent for soccer, but we had never heard of any women's team

One day, as fate would have it, we were leaving one of my last karate practices, and we saw a notice at the entrance of the sports center. It was about a vacation plan for young people, and we decided to go ask.

When we got home that day we were already registered in the vacation plan. Thanks to that great serendipity I was able to discover my great passion for soccer.

I started playing as a striker, throughout the vacation plan. At the end of the vacation plan, my sister and I joined the team and we started training as goalkeepers. Obviously, we were in different categories due to our age, but it went well for both of us. However, after a year (or so) my sister left the team.

It should be clarified that, up to this point, I was practicing in my category, but with the male team, since for my age there were no women's teams. One day the coach of the women's team in my sister's category saw me play and decided to take me with them. That meant that a 10-year-old girl was going to train with 16-year-old girls. As if that wasn't enough, I had to be in the goal receiving their balls, which for me were bullets!

At first I did not adapt very well. I was good at goalkeeping but I didn't fit in with the girls and I went to train athletics with my sister for a while. I gained stamina and kept doing physical activity. One day my soccer coach went to the athletics field (which was also in the sports center) to tell me that he wanted me to come back, because a tournament was coming up and he wanted me under the goal. So I came back.

Over time, I adapted very well to the team. They were my second family and we did relatively well in the tournament. Unfortunately, some time later, my family and I had to move to Puerto Ordaz, where I currently live.

I did not practicing any sport for almost 5 months, except for the activity in physical education. One day during PE time (I was in 6th grade), a high school teacher came by. Nobody knew why he was there but well, we started to play a little game of basketball. I was the only girl playing. The rest of the girls were not very interested in sports. The point is that at the end of the hour we were picking up to go back to the classroom and the high school teacher called me. He told me that he coached the school volleyball team (a sport that never caught my attention and for which he had no interest). He told me that I had physical skills, and he wanted to see me practice with the team.

The truth is that I was flattered by the invitation and decided to go see how it was. I thought volleyball was a super simple sport and didn't require much effort. After that practice, that idea ran away.

Volleyball is a spectacular sport that requires a lot of physical and mental skills and it was something that I had not been able to appreciate until that day. Little by little I got more involved in volleyball, but the pandemic arrived.

Everything was suspended for 5 months. Unfortunately, the school team disbanded and the teacher quit the school. Some time later, he called me to inform me that he was training another team, and he wanted me to be part of it. Without hesitation, I went. I got along very well with the girls on the team. It felt like another family. I fell in love with this sport and I didn't miss any game or any practice, until face-to-face classes started.

https://youtube.com/shorts/sk90JMqamX8

When I started face-to-face classes, I was already in 8th year and I didn't even have time to breathe, there were classes until 3:30 p.m. and I had English and math tutorials after school.

At first, I tried to cope with the days. I left earlier to train, but over time my schedule became even smaller, and I had to give up volleyball.

Currently, I would love to train again, but my economic situation limits me. I cannot afford the monthly fee, so I am waiting, hoping to be able to return at some point while I am on vacation and have time.

I must clarify that I currently feel a great passion for each of the disciplines that I have practiced so far. I carry them all in my heart. They brought me to where I am now and I will always carry in my heart all the teams and coaches who had faith in me and made me believe in myself. I will always be in their debt.

To conclude, I want to say to all of you who have come this far, Thank you for sitting down to read my story. I hope you enjoyed it and, well, I’ll see you in my next post.

Thanks for visiting my blog